Bodas, lunas de miel y escapadas románticas

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Bodas, lunas de miel y escapadas románticas

Puerto de la Cruz te enamora

No hace falta que viajes al centro de Francia para embriagarte de amor. Puerto de la Cruz lo tiene todo para que vibres cual Cupido y te enamores de sus calles, sus gentes y sus paisajes, pero sobre todo, para que celebres más que nunca ese amor.

Es una de las ciudades favoritas para organizar la boda que nunca olvidarás, ya que esta ciudad te ofrece todo lo que necesitas para que ese día deje de ser un sueño y se convierta en realidad.

También es destino ideal de luna de miel, con numerosos hoteles que piensan hasta en el último detalle para que tu estancia sea puro derroche de amor, sin tener que gastar un importante presupuesto.

¿Y por qué no? También puede ser un lugar maravilloso para declarar tu amor, o simplemente para darte una escapada romántica, de esas que dejan huella.

Sólo tienes que venir dispuesto a enamorarte y Puerto de la Cruz se encargará de todo lo demás.

Tu boda de ensueño

Si eres de los afortunados que ya has encontrado el amor, esta ciudad te ofrece un sinfín de posibilidades para que organices tu boda aquí, con multitud de empresas relacionadas con el sector nupcial que te ayudarán a preparar un día inolvidable a todo color de detalles.

Tienes a tu disposición numerosos hoteles de cuatro y cinco estrellas que son el espacio perfecto para una celebración que se ajusta a tus necesidades, tanto si eres de los que prefiere una ceremonia familiar o una fiesta por todo lo alto.

Si prefieres aprovechar alguno de los escenarios naturales que te brinda el municipio, Puerto de la Cruz te sorprenderá con un altar hecho a tu medida para que digas el sí quiero en donde prefieras, a la orilla del mar, en uno de sus jardines que lo llenan todo de color o desde lo alto de la montaña, en un mirador con vistas infinitas a la costa.

Además, los concejales del Ayuntamiento portuense están encantados de oficiar estas ceremonias y aportarán un toque personal y emotivo a tu enlace matrimonial.

Puedes elegir otro entorno que no sea en las dependencias municipales. Nuestros ediles se trasladarán a tu rincón favorito para hacer de este día, uno de los más felices de tu vida.

Puerto de la Cruz cuenta con profesionales del sector muy comprometidos con esta importante labor, tanto en peluquería como estilismo, maquillaje, joyería, ornamento floral, fotografía, wedding planner, restauración y artistas que harán un día inolvidable.

Además, la ciudad acoge anualmente la pasarela de moda nupcial en la que podrás inspirarte para diseñar tu mejor vestido de novia o traje de novio para la ocasión.

Tu luna de miel

Tras el ajetreo de la celebración de la boda, llega el momento de relajarse y disfrutar de tu pareja en la ciudad del amor. Déjate seducir por la calma, las caricias del mar y el murmullo de las calles que te invitan a pasear mientras disfrutas del arte urbano.

Si la aventura es tu plan, podrás elegir entre muchas ofertas que te llevarán a practicar surf, escalada, submarinismo, parapente y otras tantas actividades para disfrutar del aire puro.

También puedes descansar en tu tumbona en el hotel o en la playa, cenar en los restaurantes que te ofrece la ciudad, visitar museos y pasear entre jardines.

Tienes muchos planes para elegir, así que llena tus días de las experiencias que quieras para brindar por el inicio de este ilusionante proyecto vital.

Escapada romántica

Si estás pensando en darte esa escapada tan deseada con tu pareja, no lo pienses más y elige Puerto de la Cruz como ese destino romántico que estás buscando.

Selecciona los días en tu calendario y dale al off para desconectar de todo y conectar, más que nunca, con tu pareja. Estos días son el regalo perfecto para intensificar esa llama o simplemente, para disfrutar 100% juntos, lejos de las prisas, de los compromisos y los quehaceres diarios.

Es el momento de que rompas con la monotonía con unos días de asueto que no olvidarás jamás.

Los hoteles de esta ciudad cuentan con paquetes románticos diseñados para hacer una estancia única, pero si prefieres algo más de acción, Puerto de la Cruz también te la da.

Tienes muchos planes a tu alcance para descubrir la ciudad, a la vez que  redescubres el amor.

Historias reales

Un amor de fiestas de verano

La portuense Marianela Hernández es muy conocida gracias a su blog, Marilyn’s Closet, donde registra más de 30.000 visitas mensuales. Una pasión que se ha traducido en éxito por su forma especial de contar historias y de retratar el entorno que la rodea. Así lo atestiguan también sus 90.000 seguidores en Instagram.

Poco imaginaba Marianela a los nueve años, cuando conoció a Arturo Armada en la boda de su prima, que ese niño simpático que vestía de manera muy formal y llevaba un reloj de ‘mayores’ se convertiría algún día en su marido.

“Nos fuimos conociendo poco a poco. En los veranos nos reuníamos cada día con otros chicos del Puerto en la Playa de San Telmo, la zona de baño más tradicional y pintoresca de la ciudad. Debía tener unos 13 o 14 años cuando me di cuenta que estaba enamorada de él platónicamente”, explica Marianela. “Era guapo, inteligente y educado, pero me pasaba cuatro años y la diferencia se me hacía un abismo”, puntualiza.

Arturo estudiaba Derecho y ADE en Madrid y solo se veían por vacaciones. Se escribían de vez en cuando por Messenger e intercambiaban algunos e-mails como amigos. Y llegó así el verano de 2006. Justo unos días antes de que Marianela llegara a la mayoría de edad, en plenas fiestas de julio de Puerto de la Cruz, él decidió robarle un beso mientras bailaba con ella en el Baile de Magos. Marianela le volvió la cara.  “No sé qué pasó por mi cabeza. Supongo que me acababan de poner aparatos y me daba corte, o quizás era que mi sueño se hacía realidad y no sabía cómo afrontarlo. Le rechacé de lleno”, recuerda.

Él siguió intentando besarla durante toda la semana, hasta que lo consiguió. Fue un viernes 14 de julio, fuera de la casa de Marianela. Una fecha que ambos tienen grabada en su retina.

Tras ese día, fueron quedando, paseando y conociéndose. Tres semanas más tarde vieron pasar a una pareja de ancianos cogidos de la mano y Arturo le susurró que así se verían ellos cuando fueran mayores. Esa noche comenzaron a llamarse novios y poco a poco descubrieron que eran el uno para el otro. Tras ocho años de relación, cuatro de ellos a distancia, se casaron en junio de 2014 en la Iglesia de Nuestra Señora de la Paz. De su amor han nacido tres niños.

Un amor 2.0

Yeray González, de 26 años, es un joven informático que creció en el barrio de La Vera, uno de los más emblemáticos y con mayor población de Puerto de la Cruz. Entre sus hobbies está el compartir en su cuenta de Instagram, que ya suma 13.000 followers, su pasión por la fotografía con imágenes de los rincones más bellos del Archipiélago.

Conoció de forma casual a Urszula Tyburska en las redes cuando buscaba un destino para su próxima aventura. Yeray lanzó una pregunta desde su cuenta: “¿Dónde me recomiendas ir en mi próxima escapada?”. La respuesta de la joven fue la que más curiosidad le provocó al hacerle un retrato de la isla de La Palma.

Urszula llegó con 13 años a Canarias y ya se siente una tinerfeña más. Con 25 años, uno menos que Yeray, su acento y su conexión con el modo de ser isleño es total. “Llevo media vida aquí y creo que mi futuro siempre estará vinculado a Tenerife”, apunta. En su trabajo como touroperador para la agencia Tenepol, casualmente, es la persona que asesora a los turistas polacos que tienen base en el norte de la isla. Les acompaña en excursiones que parten del Puerto, visitando Masca y el Parque Nacional del Teide.

El que el trabajo de Urszula estuviera vinculado a Puerto de la Cruz dio pie a conversiones por la red, y la curiosidad entre ambos les llevó a desvirtualizarse un 16 de julio, el día en que, cada año, los portuenses embarcan a su Virgen del Carmen en una ceremonia que viven con verdadera pasión. Yeray la invitó a vivir la experiencia como sólo lo hacen los locales, y se ofreció a ser su “guía” en el día grande de las fiestas de la ciudad.  En los alrededores del muelle pesquero y las calles del centro se concentraban más de cien mil personas.

Desde entonces no se han separado. “Fue como si nos conociéramos de toda la vida. Si el amor a primera vista existe debe ser algo como eso”, comenta Yeray. Y es que un mes más tarde ya vivían juntos e integrados en ambas familias.

Amor, arte y tatuaje

Juliana Serrano y Brenda Hernández siempre han formado parte del paisaje de La Ranilla, el barrio de pescadores de Puerto de la Cruz, uno de los más pintorescos, populares y con más vida de la ciudad.

Poco imaginaba Juliana, de adolescente, cuando veía pasar a la niña que era Brenda por delante de su casa, que ambas estaban destinadas a compartir su vida. Para la conocida artista portuense, Brenda era solo parte de ese imaginario de la calle Mequinez, una estampa que ella ha contribuido a crear con su arte hoy día.

Cuando Juliana se marchó unos años a Madrid a estudiar Bellas Artes y siguió formándose como artista, desconectó de esa postal y de la brecha temporal de diez años que las separaba a ambas. Brenda creció y se convirtió en una de las mejores amigas del hermano pequeño de Juliana. Se reencontraron cuando ella tenía 22, en una fiesta en la que había una multitud de gente pero en la que sólo ellas se miraron. Días más tarde, Juliana buscó el teléfono de Brenda. Quedaron y tres meses más tarde vivían juntas.

Decidieron casarse. Querían tenerlo todo en regla antes de ampliar su familia. Cuentan entre risas que su boda fue muy anecdótica. “Lo cierto es que el concejal del Ayuntamiento de Puerto de la Cruz esperaba un gran despliegue con multitud de personas, una boda reivindicativa LGTB. Pero nosotras queríamos algo íntimo, así que nos presentamos solas con dos testigos”, cuentan.

Les gusta vivir su amor sin gritarlo al mundo. “Somos pareja y nuestro entorno lo ha aceptado y lo ha apoyado en todo momento por la forma natural en que lo expresamos”, dicen. Desde su estudio de tatuajes en Puerto de la Cruz, donde ambas trabajan, también han sabido compartir ese arte que Juliana, toda energía, luego vuelca en sus otras facetas de expresión creativa (pintura, intervención urbana, escultura, escenografía…). Con la llegada de Tiziano a sus vidas, Brenda, de espíritu más tranquilo, está más centrada en su centro de tatuajes, y Juliana quiere explorar nuevos campos como la enseñanza. “Lo importante es que sigamos apoyándonos pero también construyamos espacios propios”, explican, “porque somos diferentes, pero nos complementamos perfectamente”. Como el yin y el yang. Protagonistas de una gran historia que sigue su curso siempre en el mismo teatro, Puerto de la Cruz.

Un amor que vino del frío

La periodista Ingela Ahlbom llegó de visita a Puerto de la Cruz en octubre de 1961 para hacer un reportaje sobre un conocido personaje sueco que residía en la ciudad. Ya no volvió a Estocolmo. Envío el artículo por correspondencia y se quedó. Se había enamorado del clima, la cultura y el paisaje de Tenerife y, lo más importante, había conocido a Manuel Alfonsín, un joven gallego que trabajaba como jefe de recepción del Hotel Tenerife Playa.

Ingela provenía de una familia bohemia. Su madre era Inga Bagge, una famosa escultora que estudió con Picasso y cuyas obras están representadas en los museos más prestigiosos de Suecia. Su padre, Bengt Ahlbom, era también un conocido periodista y escritor.

Decidida a reinventarse, Ingela buscó trabajo como guía turística. Era la época dorada de Puerto de la Cruz y la comunidad sueca solía reunirse en la Plaza del Charco. El ambiente que se vivía era muy festivo y cordial y se formaron muchas parejas mixtas entre españoles y suecos.

Tras siete meses de noviazgo, la pareja decidió casarse en Galicia. Ante la noticia del enlace, la familia de Ingela pidió la intervención del cónsul sueco para evitar la boda, alegando que había expirado el visado turístico de la joven. No podían permitir que se casara con un “africano”, decían.

Pese a la oposición de sus padres y su no asistencia, el matrimonio se celebró y disfrutaron ambos de una preciosa ceremonia en la ermita de Las Conchas de la isla de La Toja y de un viaje de novios muy especial, una aventura por carretera en un deportivo que les llevó de Galicia a París. Lo demás…son historias de una vida. Tuvieron tres hijos, cinco nietos y dos bisnietos. Ya superan ambos los 80 años y siguen tan unidos como el primer día.

Manolo e Ingela se han convertido por derecho propio en dos personajes muy conocidos y queridos en Puerto de la Cruz. Después de años dirigiendo el Hotel Tenerife Playa, Manolo emprendió y fue copropietario del Hotel San Telmo, dando trabajo a muchas personas de los alrededores. Durante toda su carrera se dedicó a promocionar y vender las bondades de la ciudad y realizó una gran labor social a través del Club de Rotarios. Ingela, por su parte, ha recogido el testigo de su madre y ha dedicado los últimos años a experimentar con el arte.

Un amor a primera vista

La historia de Sonia Suresh Lakhani y Rohit Chadha bien podría inspirar una de esas famosas películas de Bollywood. Una de aquellas en las que el argumento está marcado por eso que llaman destino. Rohit, que nació y creció en Bombay, tenía 18 años cuando llegó en 1993 a Tenerife a pasar unas vacaciones. Su familia, viajera y de mente abierta, le animó a visitar y conocer otras partes del mundo. Así recaló en Puerto de la Cruz, donde vivía su tío, e instantáneamente se sintió enganchado por la cultura, el paisaje, el clima y la amabilidad de sus gentes.

En la mente de Rohit, realmente, estaba solo pasar una temporada en las islas, pero en una escapada a Gran Canaria surgió la chispa. De camino a una fiesta de fin de año con su primo recogieron a una chica. Era Sonia, de San Fernando de Maspalomas. “Fue amor a primera vista”, cuenta ella. “Algo se movió en mi interior y me visualicé compartiendo mi vida con él. Un loco enamoramiento adolescente de una niña de 16 años”, recuerda. La noche pasó rápida, con pequeños intercambios en los que se fueron conociendo brevemente. Se despidieron y Rohit buscó una excusa para llamarla por teléfono. Él se había enamorado también. Al poco tiempo le pidió salir. Sonia le puso de condición que se quedara en Canarias. Cuando los padres de Rohit supieron de su noviazgo, le animaron a emprender y montar algún negocio en Tenerife. La relación a distancia, entre islas, duró siete años. La familia de Sonia, de origen hindú y muy tradicional, quería que su hija terminara sus estudios antes de casarse.

Él esperó pacientemente y le pidió que luego se establecieran en Puerto de la Cruz, la ciudad con la que había tenido un flechazo poco antes de conocerla. Ella no lo dudó, y en febrero del año 2000 celebraron su boda por todo lo alto en Bombay, en el mismo hotel en el que lo habían hecho sus hermanos, sus padres y sus abuelos. En la actualidad, tienen tres hijos y son muy conocidos en la ciudad, donde regentan la cadena de joyerías Talismán. Su conexión con el lugar ha sido tal que han enganchado a otros miembros de su familia. “Yo soy canariona, pero ya no cambio por nada Puerto de la Cruz”, afirma Sonia. Doble flechazo para ambos.

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