MINIGUÍA

Zonas de baño

Lago Martiánez

Un baño de arte contemporáneo

“El Lago”, orgullo del Puerto de la Cruz, es uno de los más admirados ejemplos de transformación de un litoral y un referente mundial estético de integración paisajística para el ocio; un museo de arte contemporáneo al aire libre, a base de roca basáltica, aguas color esmeralda, jardines y esculturas, con imponentes vistas al Teide.

El complejo turístico de Costa Martiánez fue ideado por el pintor, escultor y diseñador César Manrique -Premio Mundial de Ecología y Turismo 1978-, utilizando elementos de la arquitectura tradicional canaria y la flora endémica. Dentro del recinto están diseminadas seis de sus esculturas: Los Alisios, La Jibia, Barlovento, Raíces al Viento, Homenaje a William Reich y Monumento al Mar. El gran lago tiene unos 27.000 metros cúbicos de agua de mar y está rodeado de cuatro piscinas para adultos y tres infantiles. En su interior hay 5 islas con bares, restaurantes, grills y salas de fiesta y reuniones.

Las primeras piscinas se inauguraron en 1971, sobre una superficie de playa y charcos en los llamados Llanos de Martiánez, lugar de baño de los primeros turistas a finales del siglo XIX y principios del XX. Años más tarde, en 1977, se concluye su fase final y en 2005 es declarado Bien de Interés Cultural con categoría de Jardín Histórico.

El tramo del paseo que da a la Ermita de San Telmo también forma parte del conjunto, y lo demuestran las tres garitas que flanquean los accesos a las piscinas, inspiradas en la que vigila la entrada a la ermita.

El Lago es un espacio vivo, que acoge conciertos y toda clase de eventos a lo largo del año. Informáte al llegar a la ciudad de posibles planes durante tu estancia.

Dirección: Avenida de Colón, nº 1

Teléfono: 922 378 400 ext. 3902

Horario: Acceso de 10:00 a 17:00 todos los días de la semana, pudiendo permanecer en el complejo hasta las 18:00 horas.

Precio: Tarifa general 5,5 €

Playa Martiánez

Surf al pie del acantilado

En plena zona turística, a la entrada de la ciudad, por la ladera y acantilados del mismo nombre, te la bienvenida una playa de arena negra de grano medio, picón y callaos. Su oleaje la ha convertido en uno de los lugares preferidos por los surfistas y es también estación habitual de llegada de parapentes.

La zona de los acantilados y ladera no sólo tiene un enorme valor etnográfico, pues se hallaron restos arqueológicos de una gran necrópolis guanche, sino también enorme valor geológico y ecológico.

Muelle pesquero

El corazón portuense

Es el lugar donde observar el más auténtico Puerto de la Cruz: barcas de pesca, jóvenes que se lanzan al mar desde la altura, puestos de venta de pescado fresco, terrazas con olor a calamares … Es el corazón de la ciudad, a los pies de la Plaza del Charco; puerta de salida de los barcos cargados de plátanos en los siglos XVIII y XIX y portón de llegada de las ideas de la Ilustración; hoy es un lugar de encuentro y de celebración de tradiciones.

Puerto de la Cruz fue durante el siglo XVIII uno de los centros portuarios más dinámicos del archipiélago y, junto con el de Santa Cruz, el más importante de Tenerife. La actividad comercial del “muelle nuevo” y el del otro muelle, el del Penitente, desapareció en el verano de 1936, coincidiendo con la guerra civil española y con la muerte del último de los fundadores de la compañía frutera y naviera Yeoward Brothers.

El muelle vive ahora tiempos de calma, siendo zona de baño y de atraque para pequeñas embarcaciones de pesca. Los pescadores continúan saliendo cada madrugada a faenar en sus pequeñas falúas artesanales, trayendo el pescado fresco, que a mediodía venden en pequeños mostradores en el mismo muelle.

Fíjate en: El único chorro de agua público que se conserva en funcionamiento. En la víspera de San Juan (23 de junio), se enrama con flores  y frutas, como los otros seis chorros de la ciudad.

También por las Fiestas de San Juan, en el mes de junio – la bienvenida al verano o el Beñesmén en la tradición guanche-, las aguas del antiguo muelle reciben la visita de unos bañistas muy peculiares: varios rebaños de cabras son guiados por sus pastores desde las medianías hasta la orilla, para ser sumergidas, una a una, en el agua purificadora (24 de junio).

Y en el mes de julio, es el escenario de la Embarcación de la Virgen del Carmen.

Decenas de miles de portuenses y visitantes se congregan en este lugar para rendirle homenaje, en una fiesta que dura varios días y que colorea la ciudad de flores, fervor religioso y sabor marinero.

A solo unos pasos del muelle, en la histórica calle de Las Lonjas y vigilando la entrada de mar, se encuentra el Museo de Arte Contemporáneo Eduardo Westerdahl; un legado de valor incalculable, en un edificio que es historia viva de la ciudad: La Antigua Casa de la Real Aduana.

Justo en su base se encuentra la Oficina de Información Turística.

Playa Jardín

El Teide desde la orilla

Su nombre lo dice todo: Te espera una playa de arena negra y fina, con fácil acceso a través de un paseo marítimo con 17.000 m2 de áreas de recreo, cómodos senderos, jardines de plantas canarias, cascadas de agua y cuevas de piedra. Ideal para el baño, hacer deporte o dar un paseo al atardecer.

Fue diseñada y ejecutada en los años noventa por el renombrado artista canario César Manrique y es una de las playas más famosas del norte de la Isla, con unas vistas magníficas del volcán Teide con 3.718 metros.

Está dividida en tres tramos: Playa del Castillo, Playa del Charcón y Playa de Punta Brava. En ella puedes bañarte casi todo el año, al abrigo del rompeolas, o hacer surf en las zonas abiertas. Un paseo conecta la playa con los jardines, las zonas infantiles, las terrazas y cafeterías y hay hasta un templete para actuaciones musicales. 

Tiene, además, servicios de alquiler de hamacas y sombrillas, duchas, vestuarios y accesos para silla de ruedas. Hay disponibles  itinerarios desde el viario público por el que se accede a la playa hasta al mar, también están adaptados los elementos de mobiliario urbano. Hay un  único trazado continuo desde el aparcamiento a la playa que va enlazando áreas que cumplen con todos los parámetros de accesibilidad universal.

Junto a la supresión de barreras físicas hay dos entradas accesibles desde la avenida Francisco Afonso Carrillo comunicadas con las plazas de estacionamiento destinadas a personas con movilidad reducida.

Visita el Castillo de San Felipe, un pequeño fortín del s.XVII reconvertido en espacio cultural, que alberga habitualmente exposiciones de arte contemporáneo, conciertos de pequeño formato y otros encuentros culturales.

Cada 23 de junio se encienden en la playa las hogueras de San Juan; una fiesta de origen pagano, en la noche más corta del año, que usa el fuego como elemento purificador para dar la bienvenida al verano.

Miles de personas se reúnen sobre la arena, para bailar al son de la música en directo y disfrutar del tradicional espectáculo de fuegos artificiales.

San Telmo

El pequeño embarcadero de lava

Situada en el céntrico paseo de San Telmo, esta pintoresca cala es también uno de los lugares preferidos por los portuenses para disfrutar de un baño en el mar. Dependiendo de la altura de las mareas, se forman pequeños charcos que son piscinas naturales, muy concurridas en determinadas épocas del año. 

Dispone de accesos especiales para personas con movilidad reducida, existe un itinerario accesible desde el Paseo San Telmo a la playa, el mismo es posible gracias a la disposición de rampas que une a ambas sin la presencia de escaleras, peldaños, etc.

En ocasiones, el fuerte oleaje no permite el baño, así que ten mucho cuidado antes de lanzarte al agua. Pregunta, habla, disfruta y… pide prestadas unas gafas y tubo, pues lo que te espera bajo el agua es casi tan valioso como lo ves en la superficie.

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