Uno de los tesoros más admirados es el Lago Martiánez, emblema de la ciudad; un conjunto de piscinas de agua de mar, ideadas por el genial César Manrique que no puedes perderte por nada del mundo. En el otro extremo, otro tesoro: Playa Jardín, también obra del artista lanzaroteño.
En el centro, un gran número de edificios y casonas protegidas conviven con establecimientos hoteleros en altura, típico ejemplo de la arquitectura de los años sesenta del pasado siglo, salpicada de exuberantes jardines subtropicales.
La zona comercial es a su vez un museo al aire libre: “Puerto Street Art”, con obras de artistas urbanos de fama internacional como Roa, Belin, Martin Ron, OakOak o Dulk.
También de visita obligada son el Jardín Botánico, creado por Carlos III y el Loro Parque, el recinto zoológico de mayor nivel de España y todo un referente mundial.
Pero hay más; mucho más.
Recorre el paseo de San Telmo, presidida por una pequeña ermita, y llega hasta la Punta del Viento, “donde da la vuelta el aire”. Allí, respira profundo, huele el mar, siente el viento y el salitre en tu cara; escucha el oleaje y pierde el aliento al contemplar una de las más bellas postales que tendrás ante tus ojos.